Decía recientemente Pablo Simón que “La guerra de sexos ha vuelto a Occidente”, que si mirásemos a las generaciones más jóvenes de nuestras democracias se constataría una clara división entre ellos y ellas. Sus argumentos se apoyan, en publicaciones como las de Eva Anduiza y Guillem Rico, donde exponen, según Simón, que el sexismo moderno, al negar las desigualdades entre hombres y mujeres, es un buen predictor del voto a Vox, los estudios publicados por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, sobre el uso diferencia de redes según género o los últimos datos del INE sobre acceso el acceso relativamente mayoritario de mujeres a la universidad o el sesgo masculino del abandono escolar. En este mismo texto, señala “las nuevas generaciones se han socializado en plena efervescencia del feminismo lo que, necesariamente, les ha marcado. Este impacto va desde lo más político a lo más personal y quizá sea causa y consecuencia de los cambios estructurales anteriores”. Además, señala la importancia de “ofrecer a los jóvenes una masculinidad sana, con sus propios referentes, y que no vea en el feminismo un juego de suma cero”.

En este curso nos proponemos adentrarnos en este debate. Queremos profundizar sobre aquellos elementos que constituyen esta posible brecha de género, valorar su profundidad e implicaciones, atender a los principales elementos que podrían constituir esa polaridad, explorar discursos y visiones que amplien la perspectiva y nos permitan, desde la complejidad, comprender estas posibles transformaciones, apuntar a los retos que estos desafíos nos proponen y abordar, desde los feminismos, estrategías capaces de hacerles frente.