El humor y la ironía son los dos grandes motivos literarios a los que alude Bryce Echenique a lo largo de estas líneas sobre La suprema ironía cervantina. Dos armas poderosas con las que manejar el sentido del texto; dos formas de expresión que constituyen la gran invención del espíritu moderno, y que coinciden con el nacimiento del género de la novela tal como la entendemos hoy día. Como las dos caras de una misma moneda, el autor nos muestra también otra faceta más melancólica. Porque el humor es siempre una línea fronteriza que puede ocultar o no dejarnos pasar al otro lado, el lado que permanece vedado bajo la simple mirada del lector y que sólo el escritor nos revela.
AUTOR/A
BRYCE ECHENIQUE, ALFREDO
Alfredo Bryce Echenique nació en Lima, Perú, en 1939. Realizó sus estudios primarios y secundarios en colegios regidos por profesores norteamericanos e ingleses. En la peruana Universidad Nacional de San Marcos obtuvo los títulos de abogado y doctor en Letras. En 1964 se trasladó a Europa, con prolongadas estancias en Francia y España. Ahora reside de nuevo en Perú. <BR><BR>Bryce Echenique es uno de los autores hispanoamericanos más traducidos del momento. En Anagrama, además de sus extraordinarios trabajos periodísticos, reunidos en A vuelo de buen cubero, Crónicas perdidas, A trancas y barrancas y Crónicas personales, y sus antimemorias, Permiso para vivir y Permiso para sentir, se han publicado las siguientes novelas, que lo han acreditado como uno de los grandes narradores en lengua española: Un mundo para Julius, Tantas veces Pedro, La vida exagerada de Martín Romaña, El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz, La última mudanza de Felipe Carrillo, No me esperen en abril, Reo de nocturnidad, Dos señoras conversan, La esposa del Rey de las Curvas y Dándole pena a la tristeza.