JUSTICIA, LIBERTAD Y BIENESTAR PARA TODAS, PARA TODOS

Cristina Arufe Moares
Libro reseñado: 
Filosofía & Co.
18/03/2025

La segunda ola del feminismo dejó claro que este no debía poner su foco solo en la mujer blanca burguesa y la búsqueda de la igualdad de género. Angela Davis afirmó: «El feminismo va mucho más allá de la igualdad de género y excede ampliamente la cuestión de género». Debe ocuparse de las realidades de todas las mujeres del mundo. Uno de estos feminismo es el descolonial.


La activista e investigadora Françoise Vergès, que pasó su infancia en la isla Reunión, antigua colonia francesa, muestra en este ensayo cómo las dinámicas colono/colonizadoras siguen presentes. «Los feminismos descoloniales no tienen como objetivo mejorar el sistema existente, sino pelear contra todas las formas de opresión: justicia para las mujeres significa justicia para todas y todos».


COLONIALISMO Y COLONIZACIÓN


Para explicar la necesidad de solidarizarse con la lucha y objetivos de las feministas descoloniales, Vergès recuerda la diferencia entre las nociones de colonialismo y colonización, establecida por el sociólogo Peter Ekeh: «La colonización es un acontecimiento/periodo y el colonialismo es un proceso/movimiento». ¿Cómo es posible que muchas de las dinámicas coloniales de desigualdad y racismo sigan imperando hoy? La autora lo tiene claro: «La descolonización solo ha supuesto independencia en el plano legal».
El libro es una denuncia contra el racismo aún presente en el feminismo europeo (en Francia, más en concreto) y explica cómo el feminismo occidental cae en las dinámicas eurocentristas e imperialistas. La autora nos embarca en un viaje que comienza en tiempos de la Europa imperialista y termina en nuestros días, un recorrido a través del cual logra desenmascarar esos mecanismos que reproducen la desigualdad.


Apoyándose en otras filósofas y activistas como Elsa Dorlin o María Lugones, Vergès resalta la hipocresía del feminismo eurocentrista al olvidar la realidad de las mujeres del Sur global. Un feminismo que rema solo hacia la igualdad de género deja de lado a millones de mujeres en el mundo. Vergès ataca también a lo que llama «feminismo inclusivo», aquel que no mira hacia las estructuras que perpetúan la desigualdad, aquel que crea afirmando que «para transformar el mundo solo haría falta cambiar de mentalidad y aprender a aceptar las diferencias», ya que «se asienta en una concepción idealista de las relaciones sociales».


Vergès empieza el libro con una huelga de limpiadoras en Francia en 2018 y termina ampliándolo: la vinculación entre las mujeres racializadas y los trabajos de cuidados y limpieza. Sobre este tema introduce ideas muy lúcidas como la «economía del agotamiento de los cuerpos racializados», una economía que «divide los cuerpos entre quienes tienen derecho al descanso y a una buena salud, y aquell*s cuya salud no importa y que carecen de derecho a descansar». Como afirma la autora, el capitalismo crea vidas invisibles y desechables. Y, sin embargo, estos trabajos son cruciales para el funcionamiento de las sociedades.


Vergès nos invita a indagar en las prácticas coloniales pasadas y presentes en nuestras sociedades para así poder construir un futuro en el que brindar a todas las mujeres racializadas la justicia, la libertad y el bienestar que merecen.