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Desde el año 2013 se ha abierto en nuestro país un nuevo ciclo inmobiliario. La Gran Recesión iniciada en 2008 llevó al desahucio de cientos de miles de personas, que fueron posteriormente empujadas a un mercado de alquiler con precios cada vez más inflados. Nos hemos convertido así en testigos de la emergencia de una nueva figura social de la crisis, la de los inquilinos precarios, y asociado a esta, de un nuevo problema: la generalización de los desahucios, ahora por impago del alquiler.
Más allá del debate público acerca de la nueva ley de arrendamientos urbanos y de la aparición de nuevos actores como los fondos buitre o las SOCIMI, este libro pretende dibujar una completa cartografía del sistema de la propiedad inmobiliaria en España. En este mapa aparecen los fondos de inversión, la banca, las SOCIMI o la SAREB (el llamado banco malo). También se analiza la persistencia de los desahucios, la eterna carencia de vivienda pública y las nuevas estrategias inmobiliarias de las patronales del sector. Sin embargo, el análisis quedaría del todo incompleto caso de no ubicar en su centro a un actor pocas veces señalado: las extensas clases propietarias que dominan la sociedad española.
Para Pablo Carmona, la democracia de propietarios no es así una simple oligarquía. No está únicamente compuesta por los actores financieros, los grandes propietarios y la vieja burguesía rentista. La democracia de propietarios está ante todo formada por amplias capas de población que tienen en sus activos inmobiliarios un medio fundamental de ahorro, inversión y obtención de rentas. Las preguntas que se plantean son de este modo: ¿qué influencia política tiene esta nueva clase rentista? ¿Qué papel deben jugar las políticas públicas de vivienda? Y, sobre todo, ¿cuál debe ser la posición de los movimientos de lucha por una vivienda digna en este complejo paisaje económico y político?