Ambos textos son testimonio de la crisis de una época tan compleja y, sobre todo, tan cargada de incertidumbre, como la que vivió la Europa de entreguerras.
Mientras que Perlefter es la historia del judío austriaco que ha creído en la emancipación y ha abandonado sus raíces en nombre de la vida nueva que le promete Occidente, Fresas, en compensación, refleja la nostalgia por el mundo abandonado y la búsqueda de identidad en los valores tradicionales.
Las pequeñas escenas que integran ambos textos evidencian cómo en un momento en que la novela se ha desarrollado como género hipertrófico, Roth vuelve a privilegiar la narración de historias cotidianas.
La calidad literaria de estas páginas está fuera de toda duda, la fuerza plástica de los ambientes y tipos humanos que recrea es la del costumbrismo del mejor Roth.
?En cada página de Roth se esconde un poema.?
Joseph Brodsky
?Joseph Roth ya está considerado como uno de los grandes autores del siglo XX.?
Los Angeles Times
?Lo que Roth ve y transmite es una esencia única, que expresa la fragilidad de nuestra verdadera condición humana, lo ridículo y lo trágico, a los que vio cruzarse por la calle, muy cerca el uno del otro.?
Nadine Gordimer
ESCENAS DE LA VIDA BURGUESA
AUTOR/A
ROTH, JOSEPH
Joseph Roth, novelista y periodista, nació en Galitzia (actualmente Ucrania) en 1894, en el seno de una familia judía.<BR><BR>Ha sido descrito como un hombre para el que la historia era como una pesadilla; su vida no estuvo lejos de serlo también.<BR><BR>No llegó a conocer a su padre que, en un arrebato de locura, abandonó el hogar al poco tiempo de casarse. Se crió en Viena donde presenció el derrumbamiento del imperio austro-húngaro cuyo restablecimiento más tarde anhelaría: "La experiencia más dura que he vivido fue la Primera Guerra Mundial y la destrucción de mi patria, la única que he tenido..."<BR><BR>En 1920 se instaló en Berlín donde se convertiría en el corresponsal de mayor prestigio de la prensa alemana -y en uno de los mejor remunerados de su generación-, y donde simultanearía el periodismo con la narrativa (Job, una de sus primeras obras, fue la novela favorita de Marlene Dietrich).<BR><BR>En 1933, con la llegada del Tercer Reich, que le relegaría a la categoría de Untermensch, escribió: "Permítanme expresarlo alto y claro. El espíritu europeo está capitulando. Está capitulando porque es débil... porque carece de imaginación... mientras, el humo de las hogueras en las que arden nuestros libros alcanza el cielo..." Su mujer, Friederike, ingresó en un manicomio. Los nazis le facilitaron una muerte sin dolor. Finalmente, Joseph se exilió en París donde el alcohol le ayudaría a reconciliar su nostalgia de aquella vida shtetl de sus primeros años, con su fe en un recién descubierto catolicismo y su apoyo al restablecimiento de la monarquía austriaca. El santo bebedor murió en 1939.