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Orilladas en los márgenes de la historia cultural más reciente en el Estado español, la viveza de las prácticas contraculturales en el territorio andaluz deslumbra a poco que rasquemos las cenizas, todavía candentes, de las cien hogueras que alimentaron el espíritu contestatario de buena parte de los artistas andaluces durante los últimos años del franquismo.
Poetas, músicos o cantaores, entre otros, repudiaron en Andalucía los condicionamientos de la cultura oficial dictada por el franquismo, impulsando iniciativas artísticas de todo tipo, apenas investigadas hoy, que dan cuenta de un panorama cultural inexplorado; un tejido creativo transformador y de ruptura que, a pesar de sus expresiones más vanguardistas, hundió sus raíces en la tradición y el sentir popular.