Sin fin es el título elegido por Antonio Orihuela para la antología personal que recoge sus treinta años de dedicación a la poesía. Escuchamos en esta selección el latido del corazón al desnudo de uno de los autores más importantes de la poesía de la conciencia crítica: Escribo / por no pegarme un tiro en la boca. / Y hasta escribir / se ha vuelto a veces / un tiro en la boca. Se define el poeta como arqueólogo del presente, quizás porque el recuerdo real debe suministrar al tiempo en que sucede una imagen del que recuerda. Es en la memoria donde el informe arqueológico nos indica los estratos en los que se encontraron las sucesivas catástrofes y crímenes sobre las que se sostiene nuestro dañado mundo. No hay documento de la historia que no lo sea, al tiempo, de barbarie, dijo Benjamin. Por eso la literatura no puede ser una herramienta más al servicio de la dominación de los oprimidos, y debiéramos escribir sobre y para las víctimas del pasado. Solo con una arqueología que atienda al aquí y ahora del presente, concibe el poeta un único horizonte: cambiar el futuro.
