Si bien la sustancia pone al parlêtre en relación directa al goce del cuerpo en alguna de sus modalidades, incluso, en ocasiones, en una repetición del lado de lo que se encadena y hace ley, en esencia, revela que hay un gozarse del cuerpo. Lo que no podemos afirmar es que la reiteración del goce Uno, adicción en tanto pura repetición que compromete el cuerpo vivo, a la manera de un real sin ley que itera, sea lo específico del goce de aquellos sujetos que consumen una o varias sustancias, más bien hay que decir que es lo específico del goce propiamente dicho y el parlêtre tiene que inventar un modo de hacer con él. Es así que otra indicación a tener en cuenta es que, decir sin ley no es equivalente a decir sin causa (conjunción del Uno y del goce), y más bien hay que tener en cuenta en la clínica que la causa se inscribe allí donde la ley tropieza. Ese sin ley pero no sin causa es algo que hace notar Miller en El ser y el Uno (inédito) y quedaría por establecer para cada quien el modo como eso tropieza.