Crecer, envejecer, pero también la indiferencia aumenta día tras día entre los antiguos amantes, sin que ni siquiera ellos se den cuenta; las Revoluciones revierten en nuevos privilegios sin que apenas se note, como el calentamiento del planeta, y tantas otras modificaciones que no cesan de producirse ante nuestros ojos, de un modo tan continuo y tan global, que no llegamos a percibirlas. Y, de pronto, observamos su resultado, que nos golpea en la cara.
Si esa transformación continua se nos escapa, es sin duda porque la herramienta de la filosofía griega, que pensaba en términos de formas determinadas, fracasó en la captación de lo indeterminable de la transición.
De ahí el interés de recurrir al pensamiento chino para prestar atención a esas «transformaciones silenciosas» que: por debajo de la sonoridad del acontecimiento, dan cuenta de la fluidez de la vida e iluminan tanto la maduración de la Historia como la de la Naturaleza.
Desde la noción descriptiva podremos formarnos un concepto de la conducta estratégica y política: frente al pensamiento del objetivo y del plan, que tanto ha obsesionado a Occidente, descubriremos el arte de modificar las situaciones sin llamar la atención, tan eficaz como discreto.
F. J.
LAS TRANSFORMACIONES SILENCIOSAS
AUTOR/A
JULLIEN, FRANÇOIS
Estudió en la l'École Normale Supérieure y, luego, en las universidades de Shangai y Pekín. Fue responsable de la Antena Francesa de Sinología en Hong Kong y becario de la Maison franco-japonaise de Tokio. Doctor en Estudios de Extremo Oriente (1978) y en Letras (1983), fue presidente de la Asociación Francesa de Estudios Chinos y del Collège International de Philosophie. Actualmente es profesor en la Universidad París 7 y director del Centre Marcel-Granet y del Instituto del Pensamiento Contemporáneo. El trabajo que ha emprendido entre pensamiento chino y filosofía europea se orienta a la vez a deslocalizar la reflexión, explorando en el Extremo Oriente inteligibilidades diferentes que las desarrolladas por el pensamiento europeo y, por efecto de retorno, a poner en crisis las elecciones de la razón europea y a interrogar sus tomas de partido. Intentando evitar la doble trampa del prejuicio etnocéntrico y la fascinación ejercida por el exotismo, su ambición es construir una relación intercultural tan apartada del fácil universalismo como del relativismo perezoso.