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Estambul parece un gran barco en ruta incierta, cargado de pasajeros de distintas nacionalidades, lenguas y religiones. Esa es la imagen que acompaña a la joven Armanoush, que viaja desde Arizona para visitar por primera vez la ciudad y descubrir sus orígenes. Lo que aún no sabe es que su familia armenia y la de su padrastro turco estuvieron ligadas en el pasado, y que la vida en común de los dos pueblos fue apacible un día. Muy pronto, Armanoush conocerá a ese clan peculiar, en el que solo hay mujeres porque los hombres tuvieron a bien morir jóvenes o irse lejos para olvidar sus pecados. En el centro del retrato destaca Zeliha, la madre de Asya, que ahora tiene diecinueve años, y pronto será amiga de Armanoush. Completan la foto de familia otras señoras de armas tomar, que pasan el rato cocinando, recordando viejos tiempos y encarándose al futuro de su país, cada cual a su manera. La amistad entre las dos jóvenes acabará desvelando una historia vieja y turbia, una relación que nació y murió en la pura desesperación, pero las damas de la familia sabrán cómo resolver incluso este percance. Sentando a esas maravillosas mujeres de Estambul delante de una mesa llena de platos deliciosos y algo especiados, Elif Shafak cabalga con talento entre lo épico y lo doméstico, contándonos la historia de Europa a través de las mil historias que cada familia guarda en el baúl de los secretos.