La apatía literaria y la lectura de Karl Bühler llevaron a Rafael Sánchez Ferlosio a entregarse con tan heterodoxa vehemencia a estudios de lingüística que, "tras millares de noches y cientos de cuadernos", y aun confesando que nunca lo había "pasado mejor que aquellos 15 años -del 57 al 72- de gramática, casi en exclusiva", decidió, por "salud mental", "no decir ya ni mu sobre asunto de lenguaje". Por fortuna, en 1999, quebrantó levemente su propósito y reincidió en cuestiones gramaticales: son los cuatro textos que ahora reúne 'Glosas castellanas'. Que el autor los considere 'diversiones' (porque lo desviaron de otros escritos, pero por sobre todo porque disfrutó escribiéndolos) es una firme garantía. Sólo con su lectura se llegará a entrever la naturaleza de aquella vieja felicidad gramatical, se advertirá la inagotable riqueza del tesoro castellano y se recorrerán los caminos del laberinto de la mano de quien, como Ferlosio, posee el más afilado sentido de la lengua que pueda imaginarse.
AUTOR/A
SÁNCHEZ FERLOSIO, RAFAEL
Rafael Sánchez Ferlosio, de padre español y madre italiana, nació el 4 de diciembre de 1927 en Roma, y en esa ciudad pasó su infancia y los años de la guerra civil española. Estudió el bachillerato en el colegio de San José de Villafranca de los Barros, de la Compañía de Jesús. Según sus propias palabras, «allí, a la edad de catorce años, en el texto de literatura española de Guillermo Díaz-Plaja y en la frase en la que el autor, retratando al infante don Juan Manuel, decía literalmente: ?Tenía el rostro no roto y recosido por encuentros de lanza, sino pálido y demacrado por el estudio?, conoció cuál era su ideal de vida. No obstante, ha sido siempre demasiado perezoso para llegar a empalidecer y demacrarse en medida condigna a la de su ideal emulatorio, y su máximo título académico es el de bachiller. Habiéndolo emprendido todo por su sola afición, libre interés o propia y espontánea curiosidad, no se tiene a sí mismo por profesional de nada». En 1951 publicó su primer libro, Industrias y andanzas de Alfanhuí. En 1956 obtuvo el Premio Nadal y el Premio Nacional de la Crítica con El Jarama. Durante los años siguientes profundizó en sus estudios lingüísticos, fruto de los cuales fue el ensayo Las semanas del jardín (1974). De 1975 a 1985 colaboró asiduamente en la prensa de Madrid, especialmente en el diario El País, cuyos artículos recogió en el libro La homilía del ratón. En 1986 publicó dos ensayos, Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado y El ejército nacional, y su tercera novela, El testimonio de Yarfoz. En 1992 aparecieron los Ensayos y artículos (tomos I y II) y Esas Yndias equivocadas y malditas. Un año más tarde vio la luz Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, la obra que ahora se reedita y que le reportó en 1994 el Premio Nacional de Ensayo. Sus últimos libros son las obras ensayísticas El alma y la vergüenza (2000), La hija de la guerra y la madre de la patria (2002), Non olet (2003), Sobre la guerra (2007) y God & Gun (2008), así como el libro de cuentos y fragmentos narrativos El geco (2005). Sánchez Ferlosio ha sido traducido a una veintena de idiomas y es doctor honoris causa por la Università degli Studi de Roma y por la Universidad Autónoma de Madrid. Su trayectoria incomparable fue galardonada en 2004 con el Premio Cervantes.