Inéditos algunos y publicados otros en diversos libros o periódicos, los textos -fundamentalmente cuentos- que Sánchez Ferlosio reúne en El geco presentan, en su aparente dispersión, una extraordinaria unidad. Sus protagonistas ?personas, animales o paisajes- parecen, como el geco que da título al volumen, tratan de expiar y liberarse de una culpa de la que, sin embargo, no son verdaderos responsables. Todos los cuentos mantienen un severo equilibrio entre lo cotidiano y lo fabuloso, entre la ferocidad de la épica y la poesía del instante; todos permiten reflexionar sobre temas omnipresentes en la obra del autor. Así, la brutalidad del poder que impone su injusticia aparece en ?El escudo de Jotán? donde se narra la historia de un pueblo que, para hacer frente al ejército de un sangriento emperador, urde una farsa que los cuervos se encargarán de poner en entredicho. El relato ofrece una sucesión de imágenes de la risa: desde la del falso condenado a muerte a la sarcástica del emperador, pasando por la carcajada incontenible de los habitantes del Jotán. Frente a los desmanes de los hombres, los animales protagonizan algunos relatos que muestran la fuerza de los prejuicios o el rostro de la violencia. En ?El reincidente?, un lobo se encamina al cielo para obtener el descanso eterno: se le negará la entrada repetidas veces con argumentos tan irrefutables como, por tópicos, hueros. ?Dientes, pólvora, febrero? describe una batida de caza que regresa triunfante, porque ha muerto una loba. El silencio del animal muerto, el enemigo, contrasta con la charla banal de sus verdugos; se huele la tierra, la sangre y la derrota. Otro animal, esta vez un enorme salmón que se libera del anzuelo, vaga por las líneas de ?El paraíso de las cosas perdidas?; el frustrado pescador podría pactar con el diablo para recuperar su pieza, pero finalmente tomará una decisión inesperada? La abrumadora fuerza de la historia y la necesidad de relativizar su testimonio determinan relatos como ?El peso de la historia?, ?Teatro Marcello?, ?La gran muralla? o ?El pensil sobre el río Yang Tsé o la hija del emperador?. ?Y el corazón caliente? es la crónica burlesca de un accidente de carretera en un paisaje helado, y una subversión de la parábola del buen samaritano. ?Los lectores del ayer? y ?La construcción del puente? forman parte del material inédito de la ?Crónica de las Guerras Barcialeas?. A través de la disputa sobre el número de éstas o alrededor de las discrepancias entre grágidos y atánidas sobre como construir un puente, Sánchez Ferlosio nos ofrece una impresionante meditación sobre la verdad y la historia o sobre la conveniencia de sacrificar la calidad en nombre de la eficiencia.
AUTOR/A
SÁNCHEZ FERLOSIO, RAFAEL
Rafael Sánchez Ferlosio, de padre español y madre italiana, nació el 4 de diciembre de 1927 en Roma, y en esa ciudad pasó su infancia y los años de la guerra civil española. Estudió el bachillerato en el colegio de San José de Villafranca de los Barros, de la Compañía de Jesús. Según sus propias palabras, «allí, a la edad de catorce años, en el texto de literatura española de Guillermo Díaz-Plaja y en la frase en la que el autor, retratando al infante don Juan Manuel, decía literalmente: ?Tenía el rostro no roto y recosido por encuentros de lanza, sino pálido y demacrado por el estudio?, conoció cuál era su ideal de vida. No obstante, ha sido siempre demasiado perezoso para llegar a empalidecer y demacrarse en medida condigna a la de su ideal emulatorio, y su máximo título académico es el de bachiller. Habiéndolo emprendido todo por su sola afición, libre interés o propia y espontánea curiosidad, no se tiene a sí mismo por profesional de nada». En 1951 publicó su primer libro, Industrias y andanzas de Alfanhuí. En 1956 obtuvo el Premio Nadal y el Premio Nacional de la Crítica con El Jarama. Durante los años siguientes profundizó en sus estudios lingüísticos, fruto de los cuales fue el ensayo Las semanas del jardín (1974). De 1975 a 1985 colaboró asiduamente en la prensa de Madrid, especialmente en el diario El País, cuyos artículos recogió en el libro La homilía del ratón. En 1986 publicó dos ensayos, Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado y El ejército nacional, y su tercera novela, El testimonio de Yarfoz. En 1992 aparecieron los Ensayos y artículos (tomos I y II) y Esas Yndias equivocadas y malditas. Un año más tarde vio la luz Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, la obra que ahora se reedita y que le reportó en 1994 el Premio Nacional de Ensayo. Sus últimos libros son las obras ensayísticas El alma y la vergüenza (2000), La hija de la guerra y la madre de la patria (2002), Non olet (2003), Sobre la guerra (2007) y God & Gun (2008), así como el libro de cuentos y fragmentos narrativos El geco (2005). Sánchez Ferlosio ha sido traducido a una veintena de idiomas y es doctor honoris causa por la Università degli Studi de Roma y por la Universidad Autónoma de Madrid. Su trayectoria incomparable fue galardonada en 2004 con el Premio Cervantes.