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A finales del s. XX algunos creadores han empezado a cuestionarse que es danza y cual es el cuerpo ideal para bailar y esto les ha empujado a buscar nuevas formas de expresión a través de la diversidad. A lo largo de estas páginas revisamos los orígenes de la danza inclusiva en Occidente y su estado actual dentro y fuera de nuestras fronteras. Este recorrido histórico nos permite analizar los elementos que dificultan el acceso de las personas con diversidad funcional a la educación artística y por lo tanto a la profesionalización. Sin pretender ser una guía para el trabajo inclusivo en danza, hemos incluido un apartado donde ofrecemos algunos de los elementos que permiten abrir las clases de danza a las necesidades de "todos los cuerpos" y no de "algunos cuerpos".