Durante el siglo XIX, muchos artistas compartieron la emoción de la velocidad asociada al tren. Hubo españoles que viajaron al extranjero por el afán de conocer mundo, seducidos por el animado espectáculo de las estaciones, la llegada de los trenes y el trasiego de los viajeros y sus equipajes. Tal es el caso de Mesonero Romanos, Pedro Antonio de Alarcón o Carolina Coronado. Un mundo, el de los trenes, por el que también mostraron interés pintores como Adolfo Guiard, Joaquín Sorolla o Darío de Regoyos, el pintor por excelencia de los trenes españoles. Sin olvidar el Orient Express, el ?rey de los trenes?, que, desde 1883, atravesó Europa camino de Constantinopla, y por el que escritores, diplomáticos, pintores y cineastas sintieron una atracción desbordante.