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Autogestión cotidiana de la salud es el relato coherente de un conjunto de experiencias y reflexiones, casi siempre colectivas, que se enraízan en los saberes de las culturas populares, en las propuestas alternativas que surgen en lo local y en los conocimientos científicos con dimensión ética, para lograr la autonomía al momento de procurarnos cuidados y atención a nuestro bienestar y proporcionar una salud comunitaria y natural, sin tener que estar conducida por el dominio imperante. Se pone atención a prácticas preventinas de índole social, yendo a la raíz del malestar y enfermedad provocados por la exigencia misma del Sistema y el mundo que las necesita, obedeciendo muchas veces a intereses espurios.
No es trivialización del conocimiento científico, es un libro contra la pretendida infalibilidad de la Ciencia que anula otros saberes. Por eso, es necesario resituar la Medicina, entrelazando saberes populares, científicos y otros saberes de forma horizontal, para ir generando cultivos sociales que ayuden a construir colectivamente satisfactores que den respuesta a nuestras necesidades.
La autogestión cotidiana de la salud es encontrar formas de hacer que superen las rigidices y simplificaciones de las metodologías, los protocolos del Estado y la reducción de las relaciones sociales al patrón Dinero y a la jerarquía del Patriarcado. Trabajar la salud sería encontrar el equilibrio individual, grupal y colectivo con el entorno social y natural próximo y con otros entornos, trabajando con y desde la gente de forma dialéctica, dinamizando y generando mediaciones sociales deseadas; por lo que es parte intrínseca de la autogestión de la vida cotidiana.