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Suele ser un lugar común en las discusiones de sobremesa entre cierto segmento de población, generalmente mayor de 40 años y en localidades sin abrumadora densidad demográfica, el traer a colación los años del periodo republicano. Mucho se discute, se recuerda y se olvida al mismo tiempo sobre el asunto. Se toma partido furibundo, se contrastan opiniones o versiones del mismo asunto, se terminan los cafés y comienzan los licores y el tema en cuestión comienza a tomar cuerpo y, generalmente, temperatura. La construcción de los relatos en esta discusión ficticia suele seguir las mismas reglas y los mismos estilos dialécticos. Sobre el tapete de la mesa sobrevuela toda una serie de lugares comunes, ideas preconcebidas, macizos ideológicos expuestos sin pudor, pero especialmente una sombra mitómana que termina por enturbiar lo que prometía ser un intercambio de recuerdos o posiciones. En Aranjuez, hablar de la II República suele ser así...