Cualquier escenario que ofrezca la posibilidad de desestabilizar las estructuras alienantes que perviven y se multiplican en el interior de todas las personas: bienvenido sea, sobre todo si nos hace entrar en conflicto. El conflicto es, siempre, una posibilidad y eso es Adrift?s Book, una posibilidad que emana desde el conflicto mismo.
Lo primero que embiste al abrir el libro es un interrogante, estamos ante ¿poesía o novela? A mí me costó unas cuantas páginas dubitativas hasta que por fin lo entendí: Adrift?s Book no tiene género, no pertenece a ningún género, y por eso es una metáfora en sí mismo, como objeto completo y terminado, de su propio contenido.
Pero no queda ahí el experimento escrito de Sayak Valencia, puesto que la sucesión de episodios narrados sin una escenografía, sin ?presentación, nudo y desenlace? a modo de prosa poética, será también una sucesión de interrogantes nuevos, la mayoría de ellos sin respuesta, pero que interpelan directamente al propio cuerpo del lector.
De víscera a víscera La Muerta nos observa desde un ángulo picado?que todos entenderíamos si fuéramos aves. Sayak Valencia destroza hábilmente el hilo narrativo, del mismo modo que los cuerpos que lo hilvanan se han tenido que destrozar a sí mismos para encontrar sus voces, unas voces que van de La Muerta, a La Othra, o a El Detective intentando llegar a la pregunta sobre la ficción que construye la realidad.
Personajes fragmentados y fragmentarios a los que unen tres colores que se mezclan y se hacen presentes: rojo, azul e índigo, como representación de lo genérico: Él-la no entiende el color rojo.
Esa falta de entendimiento, esa búsqueda a través de todas las Othras que nos habitan, esa representación cromática de la inquisidora fuerza de lo de ?afuera? que urge de una remodelación abrupta de todas aquellas personas que no encajan en su color preestablecido, que las obliga a un vagar, a una continua carrera de fondo en la búsqueda de la comunión entre lo externo que presiona, lo intelectual que acentúa la diferencia y lo emocional o placentero que se destruye. Una lucha a muerte con estas tres fuerzas titánicas que suele terminar volteando el equilibrio y destrozando la aceptación personal ante lo natural pero estigmatizado.
En Adrift`s Book encontramos un desfile de cuerpos destilados que supuran, que se recomponen desde el conocimiento de sus propias carencias, pero no hay crueldad en esa mutilación, en esos trozos de mujer/hombre/mujer/trans que van sucediéndose a lo largo de la historia.
Una investigación abismal con ingredientes de novela negra, la elección de este formato es una carambola más en el entramado finamente tejido y medido del libro, la novela negra con sus clichés y estereotipos que se desvanecen al entender la realidad -otra- de El Detective y los pasajes históricos y personales que conforman el núcleo poético de Adrift?s Book y sus personajes.
En definitiva Sayak nos lleva a la profundidad de un ahondar en el propio género, el género como algo disruptivo: no ha vuelto al cuerpo amado y repudiado, al cuerpo placentero, al cuerpo de la culpa y el extravío, al cuerpo del auto rechazo? El Detective lejanamente recuerda que en el odiado cuerpo (en su cuerpo) hubo placer. Una realidad inherente a nuestro propio sistema en el que la adaptación pasa por la normalización de una sociedad profundamente enferma pero obliga a repudiar al propio cuerpo temido siempre que no se amolde a los valores impuestos y dominantes.
ADRIFT´S BOOK
AUTOR/A
VALENCIA TRIANA, SAYAK
Tijuana, México, 1980. Filósofa, poeta, ensayista y exhibicionista performática, es Doctora Europea en Filosofía, Teoría y Crítica Feminista por la Universidad Complutense de Madrid.<BR><BR>De su faceta como escritora cabe destacar El reverso exacto del texto. (Centaurea Nigra Ediciones, Madrid 2007). Además, sus poemas han sido publicados en algunas revistas y antologías de México, como: Alforja, Tierra Adentro, Taladro, Textos, La Línea, Hoja de Poesía, Velocidad Crítica y Otra orilla.<BR><BR>Como artista de performance, sus trabajos se basan en la ocupación del espacio público, a través de un cuerpo queer que interpela los patrones de «normalidad», conectando con el uso del cuerpo como soporte artístico, político y como centro de múltiples discusiones.<BR><BR>Es co-fundadora del Interdisciplinario La Línea, grupo feminista que, desde el año 2002, a través de la escritura, la teoría, la producción editorial, el arte audiovisual, la acción en espacio público y el performance hace una exploración crítica del proceso escritural y artístico en el área binacional entre Tijuana (MX)/San Diego (CA) y también en Madrid y Nueva York.