La actividad personal del Marqués de Sade, sus escritos y discursos políticos, las páginas filosóficas de sus novelas, hicieron de él el fermento de subversión más virulento de la Revolución Francesa. Sus panfletos irónicos "por una cruzada contra todos los dogmas religiosos" presentían el peligro mortal que significaba la religión. Hoy todavía, el ateísmo esencial de esas páginas continúa imponiéndose como una necesidad actual: el espíritu de Sade está vivo entre nosotros.
AUTOR/A
SADE, MARQUÉS DE
Donatien-Alphonse-François de Sade (París, 1740-Charenton,<BR><BR>1814) nació en el seno de una familia aristócrata. En 1768 se convirtió ya en<BR><BR>leyenda por sus escandalosas y truculentas fiestas en el tristemente célebre<BR><BR>castillo de Arcueil. Le tocó en suerte vivir una<BR><BR>época de cambios radicales en la Francia de la Revolución y del Terror, aunque<BR><BR>pasó la mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios. Todas<BR><BR>sus obras están impregnadas de una filosofía libertina que propugna la libertad<BR><BR>absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral. En 1988, Tusquets Editores inició<BR><BR>la publicación de las obras eróticas de Sade a partir de la edición francesa<BR><BR>definitiva. A La filosofía en el tocador (La Sonrisa Vertical<BR><BR>59) le siguieron Las 120 jornadas de Sodoma (La Sonrisa Vertical<BR><BR>75), Justine o Los infortunios de la virtud (La Sonrisa Vertical<BR><BR>88) y, ahora, Juliette o Las prosperidades del vicio.