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Necesitamos volver a creer que el futuro depende de nosotros, de lo que hagamos, que no necesariamente tiene que ser peor, ni siquiera en un contexto de crisis ecológica como el que estamos viviendo. El futuro depende de las decisiones que tomemos colectivamente: es una cuestión política. Layla Martínez, escritora, politóloga y analista cultural, publica el ensayo Utopía no es una isla: Catálogo de mundos mejores (Episkaia) sobre el género de la utopía en la política y en la literatura. Una obra en la que invita a una ciencia-ficción y a un análisis político optimistas dentro del realismo para poder proyectarnos hacia un futuro que hoy nos asusta.
No hay futuro. La amenaza inmnente de la crisis climática, el aumento de la desigualdad y el auge de la ultraderecha han convertido el porvenir en una trampa. Pensar en lo que vendrá parece servir solo a la angustia, y la idea de cambiar el mundo es desechada como una ingenuidad. Incluso imaginar resulta difícil.
En este ensayo, Layla MArtínez recuerda que, ante otros futuros aparentemente cegados, muchos y muchas decidieron transformar el mañana. Desde la obra de Tomás Moro a las sociedades piratas, desde las primeras comunas a la ciencia ficción soviética, desde el panafricanismo al ecosocialismo. Fracasos gloriosos y victorias amargas. Sí hay futuro, y tenemos que escribirlo.