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En La Confesión, Gérard (Artur London) había descrito las facetas más sombrías de la historia del comunismo en el siglo XX. Pero también habíamos pensado contar las otras, luminosas, que habían deslumbrado y arrastrado a nuestra generación. Ya debilitado por la enfermedad, no pudo realizar su deseo y me lo legó. Por fin durante el verano de 1988 comencé a devanar la madeja del tiempo. Espero que estas crónicas que cubren más de un siglo, estén a la altura de los deseos de Gérard.
(De la Introducción de Lise London)
«Lo que más impresiona es la serenidad con la que todo se transmite: cómo la ilusión se matiza, cómo se transmite la decepción, cómo se alza la voz ante las estratagemas de Stalin, sus gulags y purgas?, cómo lo nimio adquiere valor, cómo se funde lo individual con lo colectivo, cómo se enlaza la historia con el sufrimiento individual? Serenamente siempre. Como el río de la vida».
Ramón Acín, «Voluntad de río», El Heraldo de Aragón, 1996
«Lise, desde Francia y embarazada, participó en la organización de las Brigadas Internacionales... Su historia no acaba con la victoria de Franco: integrante de la resistencia, fue capturada por los nazis y encerrada en un campo de concentración lejos de London, cautivo en Mauthausen desde 1943... Un testimonio estremecedor de casi mil páginas, lleno de detalles y de idealismo, de personajes e historias, de derrota y de sinceridad».
Antón Castro, «Lise London, la travesía de la libertad», El Periódico, 15/4/1999