Erich Fromm, uno de los pensadores más influyentes del siglo xx, reflexiona en La patología de la normalidad sobre un tema especialmente vigente hoy en día: la salud mental y su vínculo con el sistema económico dominante.En La patología de la normalidad Erich Fromm centra toda su atención a un asunto de vital importancia en el pensamiento actual: la salud mental y su vínculo con el sistema económico dominante.
Sometiendo a un análisis radical los difundidos intereses y las pasiones que gobiernan la conducta de la sociedad, Fromm intenta relacionarlos con las exigencias económicas y sociales para llegar a entender los rasgos de carácter que podemos desarrollar como consecuencia de un proceso de adaptación a nuestras realidades.
De este modo, el autor aplica el método psicoanalítico a la patología del hombre «normal» y socialmente adaptado y descubre que lo que beneficia al funcionamiento del régimen económico actual resulta ser nocivo para la salud mental del hombre. En el núcleo de este padecimiento de lo normal se encuentra la creciente incapacidad de las personas para relacionarse por sí mismas con la realidad. La consecuencia es una amplia crítica que desemboca en una reclamación programática de una nueva ciencia humanista.
LA PATOLOGÍA DE LA NORMALIDAD
AUTOR/A
FROMM, ERICH
Erich Fromm creció en Fráncfort del Meno, en el seno de una familia judía que seguía estrictamente los preceptos de la religión de esa cultura: muchos de sus miembros fueron rabinos. El propio Erich Fromm también quiso inicialmente seguir ese camino de vida. Sin embargo, estudió primeramente derecho en Fráncfort, luego se trasladó a Heidelberg para estudiar sociología, donde hizo su doctorado en 1922 bajo la asesoría de Alfred Weber, acerca de la ley judía. Hasta 1925 asistía a clases de Talmud con Salman Baruch Rabinkow. En 1926 contrajo matrimonio con la psicoanalista Frieda Reichmann. A fines de la década de 1920 Fromm comenzó su formación como psicoanalista en el Instituto Psicoanalítico de Berlín con un discípulo de Freud que no era médico: el jurista Hanns Sachs. En ese tiempo, él y su esposa abandonaron la vida religiosa ortodoxa judía. Desde 1929, Fromm ejerció como psicoanalista "lego" (los por aquel entonces llamados Laienpsychanalitiker, término alemán para referirse a los no médicos) en Berlín. En esta época comenzó su interés y estudio por las teorías de Marx. En 1930 fue invitado por Max Horkheimer a dirigir el Departamento de Psicología del recientemente creado Instituto para Investigaciones Sociales (Institut für Sozialforschung).1<BR><BR>En 1931 se divorció de Reichmann, con quien mantuvo una estrecha amistad de por vida. El 25 de mayo de 1934, tras la toma del poder por el partido Nazi, emigró junto con otros miembros del instituto a los Estados Unidos. Las divergencias intelectuales con otros miembros de la institución, especialmente Herbert Marcuse y Theodor Adorno, llevaron a su desvinculación del mismo en 1939.<BR><BR>Durante los años 40 Fromm desarrolló una importante labor editorial, pues publicó varios libros luego considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la sociedad contemporánea y se desvió marcadamente de la teoría original freudiana. En 1943 fue uno de los miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela de Psiquiatría de Washington, tras lo cual colaboró con el Instituto William Alanson White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología. En 1944 se casó en segundas nupcias con una inmigrante judeoalemana, Henny Gurland; hacia 1950 se mudaron a México, donde Gurland fallecería dos años más tarde. Fromm enseñó en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde fundó la Sección Psicoanalítica de la escuela de medicina y el Instituto Mexicano de Psicoanálisis.<BR><BR>El 18 de diciembre de 1953 volvió a contraer matrimonio con Annis Glove Freeman. Desde mediados de la década estuvo fuertemente involucrado con los movimientos pacifistas norteamericanos, y fue un destacado oponente de la guerra de Vietnam. Se alejó de todo apoyo al socialismo de Estado, sobre todo del modelo totalitario soviético, y criticó la sociedad de consumo capitalista. Esto, junto con sus perspectivas sobre la libertad personal y el desarrollo de una cultura libre, lo acercó notablemente a la línea anarquista, cuestión que se hace evidente al comparar las temáticas de sus libros con las de los autores clásicos de esa escuela. De sí mismo se decía partidario de un socialismo humanista y democrático.<BR><BR>Entre 1957 y 1961 Fromm compaginó su actividad en la UNAM con una cátedra en la Universidad Estatal de Michigan. En 1965 se retiró; tras unos años de viaje, en 1974 se instaló en Muralto, en Suiza. Murió en su hogar cinco días antes de su octogésimo cumpleaños.