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La división del trabajo social, la tesis doctoral que Émile Durkheim defendió en 1893, constituye no sólo uno de los momentos más altos y decisivos de su obra sino uno de los textos más significativos en la historia de los intentos de la teoría social por dar cuenta de la naturaleza, la forma de organización y los dilemas de la sociedad industrial.
Durkheim aborda estas cuestiones en un registro que combina el legado de las grandes tradiciones del pensamiento filosófico occidental con las exigencias teóricas y metodológicas de la novel sociología científica, en cuya práctica el autor de este libro era especialmente sensible al modelo que representaban los importantes desarrollos de la biología. Instalado en este rico cruce de caminos, Durkheim se plantea acá un problema que podría decirse de filosofía moral: ¿cuál es el ideal moral de la sociedad moderna? Y produce, en su respuesta a esta pregunta, algunas de sus más importantes reflexiones sobre los cambios acarreados por el proceso de modernización de los países europeos, sobre los tipos de "solidaridad" que son el cemento y el alma de los distintos grupos humanos y sobre el fenómeno (que tanto lo inquietaba) de la "anomia" propia de las sociedades modernas. Al análisis del tratamiento que da Durkheim a estos problemas se dedica el relevante estudio preliminar de Ernesto Funes, sociólogo, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la DBA y autor de La desunión, publicado en esta misma colección.