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Los lectores conocen a Oliver Sacks por sus fascinantes libros sobre los misterios de la mente a partir de asombrosos casos psiquiátricos. Ahora aplica su perspicacia y su humanismo al escrutinio de su propia vida. El autor acomete un ejercicio de introspección que nos permite descubrir una peripecia vital intensa y compleja. Habla en estas páginas de su marcha de Inglaterra dejando atrás a la familia y de su llegada a Estados Unidos; del momento en que le confesó a su madre su homosexualidad y de la airada reacción de ella; de la relación con su hermano esquizofrénico; de su primera experiencia sexual, en Ámsterdam, cuando un hombre lo recogió en la calle completamente borracho y él despertó a la mañana siguiente en la cama de ese desconocido; de su última relación sexual al cumplir los cuarenta y de su posterior celibato voluntario; del sexo y del amor como motores de la vida; de sus inicios como psiquiatra en un hospital en los años sesenta del pasado siglo y de sus cruciales investigaciones sobre una enfermedad olvidada; de las intensas relaciones con sus pacientes; de su abuso de las anfetaminas; de la amistad con los poetas Auden y Thom Gunn, y de su más fugaz relación con personajes como Robert De Niro, Robin Williams y Harold Pinter; de su afición a las motos y sus viajes nocturnos en una de ellas por el desierto de California; de otras aficiones como la halterofilia, el culturismo y la natación; y sobre todo de la aventura intelectual a la que ha dedicado su existencia y que ha divulgado en sus deslumbrantes obras. El resultado: una gran autobiografía, emocionante y desgarradamente honesta.