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El silencio de los niños de la montaña se erige como un relato breve, que transita entre el futurismo y la autobiografía. Artoa se adentra en los postreros días de cuatro jóvenes cuya existencia se desarrolla en una apartada aldea durante los convulsos años ochenta del siglo XX. Los silencios que los envuelven encierran consigo los últimos suspiros de la vida humana en la Tierra, amenazados por la escasez de alimentos, un calor asfixiante y la angustia de saber que con ellos se extinguirá todo. Esta premonitoria narración, localizada recientemente en unas cajas enterradas en el municipio de Orexa, se publica por vez primera desde que el autor la escribiera en 1921