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Durante los momentos insurreccionales la movilización disuelve las instituciones, tanto las estatales como las de los movimientos sociales. Las sociedades en movimiento, articuladas desde el interior de su cotidianeidad, fisuran los mecanismos de dominación, rasgan los tejidos del control social, dispersan las instituciones; dejan, en resumidas cuentas, expuestas las fracturas societales que la misma sociedad, al moverse, al deslizarse de su lugar anterior, pone al descubierto. El estudio del desarrollo de los movimientos indígenas en Bolivia hasta el ascenso al poder de Evo Morales le sirve a Zibechi para analizar el potencial de la comunidad como único lugar posible de articulación de contrapoder.