A diferencia de otros poetas de su generación, de éxito más o menos inmediato, Luis Cernuda (1902-1963) fue elaborando su obra un poco al margen del mundo literario de su día, confiado en que su poesía iría creando su propio público poco a poco. La aparición en 1936 de la primera edición de su obra poética, La realidad y el deseo, contó con una muy buena crítica; sin embargo, el estallido de la guerra civil impidió que se consolidara entonces su reputación. Después de la guerra, en que tomó partido con la República, se exilió, primero en Gran Bretaña (1938-1947) y después en Estados Unidos.