Librería Traficantes de Sueños
Entrada libre
Aforo limitado
Con la participación de David Llorente, autor del libro; Jaime Pastor, politólogo y editor de Viento Sur; Iskra Soto, analista política guatemalteca y centroamericana y Maureen Zelaya, militante de Anticapitalistas y miembro de la Comunidad Centroamericana en Madrid.
Centroamérica ha desplegado en el siglo XX una extraordinaria diversidad política, desde la temprana democracia liberal de Costa Rica a las persistentes dictaduras de El Salvador y Guatemala, pasando por la singular Revolución Sandinista de Nicaragua. Tras el fin de los conflictos armados, diversos análisis han enfatizado la convergencia regional en un modelo común de democracia liberal y neoliberalismo económico. Sin embargo, los sistemas políticos centroamericanos han continuado exhibiendo diferencias notables en aspectos como el alcance de la democratización, la configuración de los sistemas de partidos o los niveles de participación electoral.
En este libro David Llorente explica el origen histórico de los procesos de democratización y de los sistemas políticos centroamericanos a partir de divergencias en la resolución de determinadas coyunturas críticas durante el desarrollo de la lucha de clases. La diversa resolución de estas coyunturas críticas define tres trayectorias históricas caracterizadas por distintos modos de incorporación política de las clases subordinadas y legados históricos en los sistemas políticos resultantes: (1) una trayectoria de incorporación reformista en Costa Rica y Honduras; (2) otra de incorporación revolucionaria en El Salvador y Nicaragua; y (3) una última de incorporación represiva en Guatemala.
Los legados históricos de estas trayectorias proporcionan claves que permiten comprender las distintas dinámicas actuales de conflicto político y de evolución de los sistemas políticos de la región en el marco de la nueva ronda de emergencia política de las clases subordinadas actualmente en curso. A partir del análisis histórico desarrollado, el autor argumenta asimismo la necesidad de una teoría más avanzada de la democratización, basada en un enfoque conflictual, relacional, histórico y con una visión más amplia de la propia democratización.
