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La autora explora cómo el dolor colectivo puede convertirse en una fuente de solidaridad y empoderamiento para las mujeres. Y propone el concepto de doloridad, que critica y complementa al de sororidad, central en el feminismo. Piedade asume que la sororidad une a las mujeres, pero destaca la ausencia de la experiencia común de las mujeres negras y la negritud.
Desde la introducción del concepto a través de este libro, el término ha tomado fuerza en los espacios y discusiones feministas, específicamente en el feminismo negro. Nacida de la necesidad de reconocer el dolor compartido y diferenciado que viven las mujeres negras, la doloridad ahora es utilizada para ilustrar el dolor colectivo y la opresión que otros grupos de mujeres viven. Refleja hoy la búsqueda de estrategias de resistencia y visibilización de las experiencias colectivas que han sido históricamente silenciadas bajo la violencia sistemática. El concepto ha influido en el feminismo interseccional, promoviendo una comprensión más inclusiva y matizada de las experiencias de las mujeres negras y abogando por la construcción de un feminismo que incorpore todas las voces y vivencias.
?La sororidad une, hermana, pero no alcanza. Lo que parece unir a todas las mujeres, sin diferencia de raza, clase, etnia, es el dolor. El dolor de la violencia que sufrimos en lo cotidiano, provocada por el machismo, y que alcanza a todas. A todas las mujeres sin distinción de color, raza, etnia. Pero nosotras, Mujeres y jóvenes negras, tenemos un dolor extra. El dolor causado por el Racismo.? Vilma Piedade