El patrimonio cultural representa las identidades colectivas del conjunto de una sociedad o comunidad. Sin embargo, los procesos de identificación y legitimación de dicho patrimonio están condicionados por la presencia de sesgos discriminatorios. Estos sesgos conducen a la invisibilización de características identitarias de determinados colectivos sociales. Entre dichos sesgos se encuentra el androcéntrico, y una consecuencia es la exclusión de las identidades de las mujeres o su representación parcial en los bienes culturales. Este libro reúne las contribuciones de especialistas que analizan las consecuencias acarreadas por el sesgo androcéntrico, presentando acciones que se están llevando a cabo en diferentes espacios patrimoniales y museísticos con el fin de corregirlo.