En El hombre de vidrio. Estéticas benjaminianas, Jean-Louis Déotte (Montreuil-sur-Seine, 1946) aborda algunos ejes centrales del pensamiento de Walter Benjamin para articular su mirada sobre la estética y el arte desde una nueva perspectiva. A través de su apropiación de la potencialidad del anacronismo, propone un diálogo entre la filosofía benjaminiana y diversos autores que van desde la complejidad de Lyotard, Blanchot, Lessing y Descartes hasta la sensibilidad de Mapplethorpe y Flaubert pasando por viejos compañeros filosóficos de Benjamin como Adorno. Avalado por la heterodoxia benjaminiana y por este montaje de pensadores, Déotte vuelve sobre la crítica de Benjamin a la visión socialdemócrata de la historia, sus diferencias con el marxismo y sus lecturas sobre la modernidad, para recuperar figuras como la del arqueólogo y el coleccionista, operadores de una noción de temporalidad que permite complejizar su propio acceso al presente.