Tomando como punto de partida la red de relaciones e interacciones locales e internacionales que existe entre los agentes sociales que actúan en el campo artístico, este libro articula tres fenómenos que son consecuencia de un pasado colonial y de un presente que se podría caracterizar como neo-colonial. El primero concierne al en su día denominado arte primitivo y a su rol fundamental en la configuración del arte moderno. El segundo, a los efectos ideales y materiales del colonialismo sobre las formas de expresión artística de numerosas sociedades etnográficas. Y el tercero, a la internacionalización del arte y su mercado, y a las dificultades con las que se encuentran los otrora primitivos y hoy étnicos para acceder a su reconocimiento como productores o productoras de arte contemporáneo.