Para envío
[...] Heridas como charcos resecos, endurecidas con barro marrón oscuro. Heridas de bordes cuarteados, coronadas de gangrena negra. Pulcras heridas, disimuladas bajo el absceso profundo, escarbando en los músculos firmes y alrededor de ellos, como un río maldito fluyendo alrededor de los músculos y entre ellos, como una corriente cálida. Heridas manando hacia afuera, orquídeas putrefactas o claveles pisoteados, terribles flores de carne. heridas desde las que la oscura sangre brota a borbotones de coágulos, mezclada con las ominosas burbujas de gas, flotando en la sangre fresca de la hemorragia secundaria que no cesa [...]