Esta obra suya queda incluida en el llamado género de la novela corta popular, cumpliéndose en ella las características propias de este peculiar modo narrativo: tratamiento de tema amoroso cercano a la realidad, elaborado con ciertos toques de sentimentalismo, con un tono ligero y un estilo heredado de los realistas y naturalistas y con una trama y lenguaje sencillos. La novela aparece en su momento como un producto de una empresa comercial, dedicado al consumo rápido por un gran número de lectores.
Pero Carmen de Burgos no dio a luz esta obra buscando sólo y exclusivamente fines estéticos, sino que su propósito también giraba hacia una función social. La autora utilizó las revistas literarias para las que escribía como medio para la divulgación de sus ideales feministas en muchos casos, siendo Puñal de claveles, ejemplo claro de ese llamamiento hacia el avance. Con ella, Carmen de Burgos pretendió entablar un diálogo con el lector para ir introduciéndole, poco a poco y sutilmente, pequeñas dosis de pensamiento progresista.
