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El crecimiento mastodóntico y caótico de los grandes monstruos metropolitanos no supone solamente la destrucción de sus entornos, sino también la supresión misma del concepto de ciudad en su sentido más rico y complejo. Esa expansión ha generado un todo urbano, mediante continuos ciclos de ocupación y urbanización sustentados en el despliegue de infraestructuras, que a día de hoy supedita la economía y la vida de regiones enteras a los procesos extractivos, y obliga a miles de millones de personas a participar en su propia destrucción. A través de diferentes estudios de caso, que abarcan desde la relación de los Pirineos con la región Barcelona/Cataluña hasta la historia de las metrópolis mexicanas o la memoria de la destrucción (y de las luchas contra ella) del territorio balear, Miquel Amorós analiza los distintos medios y estrategias a través de los cuales la condición metropolitana destruye el derecho al territorio. No solo devastando formas de vida, usos o economías consideradas desechables para el Capital, sino también reduciendo las posibilidades de construir tejidos sociales y existenciales antag