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La apuesta global de los gobiernos es la migración cero. Una apuesta que se regenera periódicamente. Es cierto que el derecho internacional se aboca, mediante los organismos internacionales, a dar cuenta y a buscar soluciones globales a los problemas que empujan a las personas a migrar. Pero es el mismo derecho internacional, con sus instituciones, el que cede a las presiones de los Estados en momentos determinados, como lo evidenció el cierre de fronteras en prácticamente todo el mundo debido a la pandemia de Covid-19.
Esta obra es una investigación de largo aliento que conjunta postulados de la ontología política, los estudios fronterizos comparados y los estudios críticos del derecho (Critical Legal Studies). Da cuenta de cómo el actual gobierno mexicano apostó por una migración cero (el eufemismo empleado para evitar que las personas centroamericanas y migrantes transcontinentales logren llegar a EE.UU. cruzando México), mediante la implementación de una política migratoria consistente en reterritorizalizar la condición de refugiado. Mucho de lo que está escrito en este libro ha sido pensado también para otros contextos y otros continentes.
Este análisis de la política migratoria mexicana evidencia la ausencia de una política fronteriza lo que se explica por su cercanía con EE. UU., pero se traduce en un imperativo categórico inconsistente y desigual que afecta el Estado de derecho, la soberanía y cualquier intento de integración regional con el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras).