Cualquiera que sepa algo de Manuel Sacristán y de su polifacética personalidad como lógico y filósofo de la ciencia, militante comunista, traductor y estudioso de la obra de Marx, y temprano introductor de la ecología política o el pacifismo antinuclear en nuestro país tiene por fuerza que sentirse interpelado, entre otras cosas, por su capacidad de anticipación. Sacristán estuvo entre los primeros que plantearon la importancia de la cuestión ecológica para el pensamiento social y la acción política. Y lo hizo mientras encajaba anímica e intelectualmente los primeros síntomas de crisis del movimiento obrero y de la entera tradición comunista a la que había dedicado la mayor parte de su vida adulta. La importancia de su labor intelectual fue ?y es? tan destacada, que parece increíble que alguien tan notable como él, cuyas clases eran acontecimientos a los que asistían jóvenes procedentes de otras facultades o que ni siquiera eran universitarios, sea en la actualidad un desconocido para mucha gente que sin saberlo ha aprendido a pensar el mundo en unos términos que en cierta medida Sacristán contribuyó a formular años antes.
Salvador López Arnal, en el marco de la tarea que ha emprendido para rescatarlo de ese absurdo olvido, ha optado aquí por organizar en aforismos diversos retazos de los papeles inéditos de Sacristán, combinándolos con algunos pasos escogidos de otros escritos ya publicados. El conjunto de textos, de impresionante lucidez ?lucidez con la que vivió anticipadamente la profunda ruptura de nuestro tiempo?, es un magnífico compendio de lo que ya en sí misma fue una obra fragmentaria y dispersa, pero siempre generosamente iluminadora, que abarca reflexiones filosóficas, políticas, científicas o literarias abordadas con el estilete de una inteligencia deslumbrante.
M.A.R.X.
AUTOR/A
SACRISTÁN LUZÓN, MANUEL
Nació en 1925 en Madrid. Tras licenciarse en Filosofía y en Derecho, desde 1954 estudia Lógica y Filosofía de la Ciencia en el «Institut für Mathematische Logik und Grundlagenforschung» de Münster (Westfalia). En la primavera de 1956 toma la importante decisión ?que habría de marcar una grave inflexión en su vida? de volver a España para desarrollar una intensa actividad política clandestina. Se incorpora a la Universidad de Barcelona, primero en la Facultad de Filosofía, siendo profesor de Historia de la Filosofía y de Lógica, pasando posteriormente a la Facultad de Económicas como profesor de Metodología de las Ciencias Sociales. Su carrera académica estuvo plagada de dificultades originadas por las represalias del régimen franquista ante su público compromiso de militancia comunista. Fue apartado intermitentemente de la docencia, sumando su ausencia de las aulas casi dos lustros. Formó parte de la redacción de diversas revistas, dirigiendo algunas de ellas: Laye, Realidad, Nous Horitzons, Materiales, Mientras tanto, etc., y realizando una gran labor en todas ellas como dinamizador cultural e introductor de autores y corrientes filosóficas poco o nada conocidos en España. En 1984, unos pocos meses antes de morir, le fue finalmente concedido el nombramiento de catedrático extraordinario. En lo que se refiere a su producción escrita, aparte de una inmensa lista de traducciones, prólogos, artículos y compilaciones, publicó en 1959 Las ideas gnoseológicas de Heidegger. Le seguirán Introducción a la lógica y al análisis formal (1964), Lecturas I: Goethe, Heine (1964), Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores (1968), etc. Sin contar algunos textos inéditos y conferencias que, poco a poco, van siendo editados, como es el caso de El Orden y el Tiempo (Trotta, 1998), el grueso de su obra dispersa queda recogida en los cinco volúmenes que llevan el título genérico de Panfletos y Materiales, publicados a partir de 1983. En esta misma Editorial se ha publicado también La práctica de Manuel Sacristán. Una biografía política, de Juan-Ramón Capella (2005).