Los escritores contra la Comuna emprende la tarea de exponer la naturaleza de clase de los artistas e intelectuales, que se manifiesta en forma clara y distinta cuando el proletariado desafía el sistema existente. Un combate contra la canonización de violencia de clase, poniendo a los dueños consagrados de la literatura francesa en el banquillo de los acusados. Una lucha contra el tiempo, que suele hacer que el contexto y el sentido de una obra desaparezcan. Si hay algo que este libro ofrece al lector es su voluntad de escarbar donde molesta. Donde los ídolos culturales muestran la hilacha, esa parte mal cosida que nos recuerda que no hay traje perfecto. Mucho menos cuando oculta un cuerpo sólo en apariencia bello. Tirando de ella, jirones de falsa tela caen y muestran que el rey está desnudo. Que los documentos de cultura, como quiso Benjamin, son al mismo tiempo, documentos de barbarie. Que los artistas e intelectuales consagrados de una época son, igual que las ideas, los intelectuales consagrados de la clase dominante.