Para envío
A Marcelo Usabiaga, un veterano luchador republicano, le gustaba hablar del movimiento deportivo obrero de los años 30 en el que él se comprometió; le gustaba traerlo a las conversaciones porque, a su modo de ver, era muy poco conocido. E injustamente ?añadía-. Hablaba de su participación en ese movimiento con orgullo. ?Fue muy importante, ayudó mucho para la unión de la izquierda, para la forja del Frente Popular, y para la organización de las Olimpiadas Populares de Barcelona. Organizamos un movimiento enorme, desde Irún al mundo, a todos los rincones. Allá donde hubiera un antifascista, se movilizó. Había que denunciar a Hitler y sus sucios juegos olímpicos. Montamos una buena, fuimos los primeros del mundo en comprender lo que se nos venía encima con Hitler, y nos defendimos? ?añadía con la lucidez y la calma de quien vio llegar al monstruo y avisó de ello.
Esas conversaciones, el descubrimiento de algo importante y de lo que, sin embargo, se conoce muy poco, tuvieron su efecto en el autor, porque es lo que ha pretendido con este libro: dar a conocer aquel movimiento que puso en pie la organización de una cita mundial deportiva antifascista, del calibre de unos Juegos Olímpicos, para levantar la dignidad frente al oprobio que suponía que las Olimpiadas oficiales de 1936 las organizara la Alemania nazi, con su política criminal, racista, xenófoba, que contravenía todos los principios del olimpismo. Unas Olimpiadas alternativas que reunieron a 6.000 deportistas de todo el mundo en Barcelona, y que fueron abortadas por el golpe militar franquista, perpetrado la víspera de su inauguración, prevista para el 19 de julio.
Este libro es una investigación sobre esas Olimpiadas de Barcelona de 1936, y sobre el origen de ese movimiento deportivo obrero de la primera mitad del siglo XX; tiene el rigor de un ensayo, pero su estilo y estructura pretenden que el lector acompañe al escritor en sus hallazgos, como si fuera una obra de intriga; y, da espacio también a los protagonistas, a la subjetividad, incrustando pequeñas biografías en la trama narrativa, trayendo al primer plano las vidas ejemplares de algunos de los atletas de todo el mundo que acudieron a Barcelona, y que, contagiados por el fervor popular, se quedaron para pelear contra el fascismo. Querían luchar en las pistas y tuvieron que hacerlo con el fusil, cambiaron las zapatillas por las balas.