Para envío
La bella expresión que da título a este libro fue extraída de las Notas sobre literatura de Theodor W. Adorno. Pero Miguel Vedda hace con ella una especie de travesura benjaminiana: la saca de allí para hacerle expresar más cosas que las que allí dice, y nos Invita a pensarla en dos sentidos distintos y complementarios: como un genitivo objetivo, para aludir al afán de concreción (es decir, de crítica desfetichizadora del mundo cosificado) que tienen siempre las grandes obras de arte, y como un genitivo subjetivo, para evocar la capacidad de las cosas concretas para sugerir la plenitud que le falta a la realidad mundana.