Un timo ?escribe el autor? es la 'acción y efecto de timar', y por timar debe entenderse, en su acepción general, 'quitar o hurtar con engaño'. Pero, en un sentido más específico y relevante, timo significa 'engañar a otro con promesas y esperanzas' (DRAE). En esta clase de engaños existe una subclase especialmente dramática, en virtud del alcance y las consecuencias que puede tener en la vida personal de los timados. Me refiero al timo de la religión. Lo que en este timo resulta definitorio consiste en prometer algo que es de toda evidencia contra natura: la negación de la muerte y la afirmación de una felicidad plena. Por esta razón nuclear y fantástica, y por algunos de sus corolarios, al timo religioso le ha cabido el honor histórico de ser el padre de los demás timos, y así, el más pernicioso, pues su engaño descansa sobre el mito más irreal generado por la mente humana: el de la existencia de almas y espíritus inmateriales como entes reales, y también de sus derivados, los dioses de los politeísmos, el Dios de los monoteísmos y los espíritus de los panteísmos.
AUTOR/A
PUENTE OJEA, GONZALO
Gonzalo Puente Ojea (1924, Cienfuegos, Cuba) es miembro de la Carrera Diplomática española, fue Subsecretario de Asuntos Exteriores, y es Embajador, habiendo sido el primer y único diplomático no creyente que ha representado al Estado español ante la Santa Sede. Actualmente retirado, es autor de importantes obras como Ideología e Historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico (Siglo XXI, 2001), Elogio del ateismo: los espejos de una ilusión (Siglo XXI, 2007) o La religión ¡vaya timo! (Laetoli, 2009).<BR><BR>Editorial Txalaparta