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La noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 ocurrió un hecho crucial en la historia reciente de México, con la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, y el asesinato de seis personas más, tres de ellas estudiantes.
El 2 de marzo de 2015 empezó su trabajo el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para la investigación del caso, de acuerdo con los representantes de las víctimas y del Estado mexicano. El GIEI trabajó en el país durante dos periodos de seis meses cada uno, y en ese tiempo publicó dos voluminosos informes sobre el caso.
Este libro está escrito por uno de los integrantes del GIEI, un testigo. Es una historia desde el corazón de lo vivido, que parte de una experiencia y de una reflexión sobre lo que supone meter las manos en el dolor de las víctimas y el trabajo en un país como México, para contribuir de forma efectiva a la resolución del caso. En sus páginas se describen los avances en la investigación, que fue posible por la colaboración de las víctimas, de sus representantes y de funcionarios comprometidos, pero también los numerosos obstáculos que fueron apareciendo por el camino.
Con un estilo que permite al lector ser partícipe en todo momento de la evolución de los hechos y también del estado emocional del autor y de los principales implicados, se adentra en uno de esos acontecimientos históricos que marcan la vida de un pueblo, como es la herida abierta de Ayotzinapa.