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En los últimos meses hemos podido leer multitud de artículos en la prensa burguesa sobre la vuelta de Marx y que quizá el marxismo no estaba tan equivocado como a la burguesía le gustaría.
No deja de ser curioso que unas ideas que son constantemente tergiversadas y enterradas por los capitalistas y por los reformistas que han abrazado el capitalismo, estén siendo reivindicadas hoy, no por los catedráticos de las universidades o por los intelectuales, sino por los hechos.
Esta vitalidad del marxismo se debe a su método, el materialismo dialéctico. La gran aportación al movimiento obrero de la obra de Marx y Engels es que le dota de un análisis científico de la sociedad, y como las bases materiales (cómo se organiza la sociedad para producir y distribuir esos productos) es lo que determina en última instancia la superestructura social (las ideas, las instituciones, etc...).
El libro de Engels Del socialismo utópico al socialismo científico es imprescindible para entender el desarrollo del materialismo dialéctico. El método marxista no nace mágicamente como un todo acabado en la mente de Marx y Engels, sino que se basa en lo más avanzado de los conocimientos de la época: la economía política inglesa, la filosofía alemana y el socialismo francés.
Los utópicos
Para los socialistas utópicos, horrorizados con las condiciones de vida que sufría la clase obrera fruto del desarrollo capitalista, el socialismo era una buena idea para cuya implantación dependía únicamente de convencer a toda la sociedad de sus benevolencias. En este sentido no diferían en absoluto de los reformistas actuales, que pretenden (sin mucho éxito por cierto) ablandar a los capitalistas con lastimeros discursos sobre las injusticias sociales. Sin embargo, los socialistas utópicos están muy por encima de ellos, ya que su trabajo contribuyó a que la clase obrera fuese tomando conciencia, es decir, dejase de ser "una clase en sí" para ser "una clase para sí".
En el terreno filosófico, Engels combina de los avances de las ciencias naturales (que se desprenden del idealismo para analizar la naturaleza desde el punto de vista materialista) con la dialéctica, cuyas leyes son sintetizadas por Hegel, aunque desde un punto de vista idealista (explicando el desarrollo de la humanidad por el desarrollo del "Espíritu humano"). Dándole una base materialista a la dialéctica se consigue una herramienta fundamental del pensamiento humano para comprender la realidad y sus cambios.
Por otro lado, Marx desarrolla la teoría del valor hasta dar con el punto central de la explotación capitalista: la plusvalía. Los beneficios del capitalista corresponden al trabajo no pagado al obrero. Frente a la crítica moral del sistema capitalista, el marxismo contrapone un análisis científico. El sistema de producción de mercancías en masa para la venta es el que genera la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación, es decir, que los frutos de este trabajo social son apropiados por el capitalista.
La crisis actual del capitalismo pone en evidencia para millones de personas la necesidad de destruirlo. Toda una generación de trabajadores y jóvenes necesita armarse ideológicamente para ello. Engels consigue explicar de una forma increíblemente sencilla la génesis del materialismo dialéctico y cómo de las condiciones materiales del sistema capitalista surge la posibilidad de construir una sociedad sin clases, es decir, el socialismo. Es de obligada lectura para comprender la vigencia del marxismo hoy.