A fines del siglo XIX, un mundo cada vez más tecnologizado pero vacío de sentido hizo florecer las sectas espirituales en Estados Unidos. Una de ellas prometía la sanación sin medicinas, solo con la oración y la mentalización del paciente. La "Primera Iglesia de Cristo, Científico" fue fundada por Mary Baker Eddy a través de la publicación de un libro, su Biblia fundamental, y en poco más de veinte años ya estaba en más de un continente y la cantidad de miembros ascendía a cientos de miles. Su confianza absoluta en el Espíritu y el desdén por la materia, los convirtió en uno de los primeros grupos en rechazar las vacunas o en hacer presión política para legalizar las excepciones por motivos religiosos.
El escritor más ácido e irónico de la época no sólo se fijó en los métodos fantásticos de este credo, sino también en el explosivo enriquecimiento de su fundadora. Comenzó a escudriñar la llamada Ciencia Cristiana, leyendo sus documentos y entrevistando adherentes, para desmenuzar sus ritos y estatutos. Este libro es una selección de las columnas que Mark Twain publicó en contra de Mary Baker Eddy, desarticulando desde la sátira una creencia que, como tantas, detrás del telón no tenía nada.
CIENCIA CRISTIANA
AUTOR/A
TWAIN, MARK
Samuel Langhorne Clemens, conocido por el seudónimo de Mark Twain (Florida, Misuri, 30 de noviembre de 1835 ? Redding, Connecticut, 21 de abril de 1910), fue un popular escritor, orador y humorista estadounidense. Escribió obras de gran éxito como El príncipe y el mendigo o Un yanqui en la corte del Rey Arturo, pero es conocido sobre todo por su novela Las aventuras de Tom Sawyer y su secuela Las aventuras de Huckleberry Finn.<BR><BR>Twain creció en Hannibal (Misuri), lugar que utilizaría como escenario para las aventuras Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Trabajó como aprendiz de un impresor y como cajista, y participó en la redacción de artículos para el periódico de su hermano mayor Orion. Después de trabajar como impresor en varias ciudades, se hizo piloto navegante en el río Misisipi, trabajó con poco éxito en la minería del oro, y retornó al periodismo. Como reportero, escribió una historia humorística, La célebre rana saltarina del condado de Calaveras (1865), que se hizo muy popular y atrajo la atención hacia su persona a escala nacional, y sus libros de viajes también fueron bien acogidos. Twain había encontrado su vocación.<BR><BR>Consiguió un gran éxito como escritor y orador. Su ingenio y sátira recibieron alabanzas de críticos y colegas, y se hizo amigo de presidentes estadounidenses, artistas, industriales y realeza europea.<BR><BR>Carecía de visión financiera y, aunque ganó mucho dinero con sus escritos y conferencias, lo malgastó en varias empresas, y se vio obligado a declararse en bancarrota. Con la ayuda del empresario y filántropo Henry Huttleston Rogers finalmente resolvió sus problemas financieros.<BR><BR>Twain nació durante una de las visitas a la Tierra del cometa Halley, y predijo que también «me iré con él»; murió al siguiente regreso a la Tierra del cometa, 74 años después. William Faulkner calificó a Twain como «el padre de la literatura norteamericana».<BR><BR>Wikipedia