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Un clásico moderno. El primer Premio Goncourt escrito por un autor negro.
En 1921 nadie se atrevía a dudar de la validez del colonialismo como medio de paz y civilización. Sin embargo, una voz se alzó. La de René Maran, escritor antillano -por entonces funcionario del Ministerio de Colonias- que denunció los abusos de la Administración en el África Ecuatorial francesa y las fechorías del imperialismo en una novela decisiva: Batuala.
Sus palabras desencadenaron un auténtico escándalo que culminó con la concesión del Premio Goncourt. Cien años después, su texto mantiene una total actualidad, tanto por los tenaces prejuicios que sigue cuestionando como por los derechos que reivindica. El epílogo de Amin Maalouf a esta edición nos recuerda esa innegociable libertad de pensamiento: «El dilema identitario de Maran era imposible de resolver. Al menos, en su situación y en su época. Todo lo que podía hacer, como hombre y como escritor, era aportar su testimonio y gritar de rabia. Eso es lo que hizo en Batuala. Y eso es lo que le valió ser, al mismo tiempo, coronado y crucificado. Pocos recuerdan aún el revuelo que causó su novela. ¿Demostró valor o ingratitud al escribirla? ¿Su sueño de un mundo en el que ser blanco o negro fuera irrelevante fue generoso y visionario, o insensible y retrógrado? Ha pasado un siglo y aún no tenemos respuesta. Maran todavía no ha salido del purgatorio, la idea de que se puede ser simplemente humano, sin apego a una identidad étnica, racial, religiosa o de otro tipo, parece hoy tan revolucionaria y tan inconcebible como entonces».
«Hueles sus olores, comes su comida, ves al hombre blanco como lo ve el hombre negro, y después de haber vivido en ese pueblo, mueres allí. Eso es todo lo que hay en la historia, pero cuando la has leído, has visto Batuala, y eso la convierte en una gran novela».
Ernest Hemingway
«El dilema identitario de Maran era imposible de resolver. Al menos, en su situación y en su época. Todo lo que podía hacer, como hombre y como escritor, era aportar su testimonio y gritar de rabia. Eso es lo que hizo en Batuala. Y eso es lo que le valió ser, al mismo tiempo, coronado y crucificado».
Amin Maalouf
«Un precursor de la negritud».
Léopold Sédar Senghor
«El primer hombre de cultura negra en haber revelado África y elevado al negro a la dignidad literaria».
Aimé Cesaire