En pleno ciclo de luchas estudiantiles contra la crisis capitalista y la mercantilización de la educación, la red internacional de investigadores y activistas “Edu-factory”, junto a la “Universidad Nómada”, publican este libro en forma de material útil para explicar e intervenir en los distintos conflictos emergentes en el nuevo formato de la Universidad-Empresa.
Impulsores de las teorías asociadas al “capitalismo cognitivo”, los autores de La Universidad en conflicto proponen como fórmula estratégica de intervención para el movimiento la reapropiación de la producción de los saberes, entendidos como elemento básico de los bienes comunes. Para ello, y nutriéndose de los intensos debates del movimiento estudiantil transnacional, plantean (como en el caso italiano) la puesta en marcha de la “autoformación” y la experimentación de distintos modelos de “universidades anómalas” como laboratorios alternativos y de fuga frente al disciplinamiento, la segmentación y la precarización de las universidades gerenciales.
Entre los distintos temas abordados en el libro, habría que destacar dos capítulos por encima del resto: uno, por la condensación de ideas y propuestas, y el otro por la incorporación de aspectos más novedosos en nuestro contexto, pero que en el medio plazo pueden convertirse en aspectos nucleares de futuros conflictos en las universidades.
En el primer caso, el artículo introductorio de la profesora Montserrat Galcerán sintetiza el escenario de transformación global de la universidad en cuanto a su interés para el capital internacional y la mutación de sus propias funciones. Así mismo, se esbozan las diferentes alternativas de respuesta discursiva que los movimientos estudiantiles han planteado, situando la auto-representación del estudiante-precario como la figura antagonista por excelencia frente a la nueva universidad y la más funcional para hacer emerger las nuevas formas de construcción del saber.
La segunda aportación analiza un aspecto clave para entender la genealogía del nuevo ciclo de luchas estudiantil (véase el caso de los países anglosajones): la cuestión de la deuda estudiantil. Este capítulo, escrito por Jeff Williams, resulta enormemente didáctico para entender la trascendencia del mecanismo de la deuda en su doble vertiente: como elemento de inserción de la educación en la lógica de la financiarización de la economía y como posibilidad abierta para novedosos procesos de resistencia del estudiantado.
Sin desdeñar la importancia y pertinencia de otros temas tratados en el libro, éstos no dejan de ser una reafirmación de elementos ya planteados por esta corriente del movimiento estudiantil en otras obras. Ello, obviamente, no es óbice para que La Universidad en conflicto sea un libro necesario para desentrañar los mecanismos de adaptación de la universidad global en el creciente mercado del saber y seguir acumulando discursos y experiencias para la nueva onda de conflictos estudiantiles en marcha y que, esperemos, vuelva a hacer su aparición en nuestro país.