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Nos han dicho que en Colombia el feminismo es un movimiento que nació en la lucha por el sufragio universal. Nos cuentan también que el feminismo evolucionó en nuestro país siguiendo las distintas ?olas? que surgieron en el norte global. Pero, ¿qué pasaría si no asumimos estos relatos traídos de otras experiencias y otros lugares? ¿Qué pasaría si pensamos el feminismo como las luchas de mujeres en nuestro territorio, que responden a las múltiples opresiones contra mujeres, indígenxs, negrxs, campesinxs y obrerxs desde la época colonial? Y qué pasaría si esto lo hacemos escuchando lo que los movimientos sociales y algunas corrientes del feminismo popular en nuestro territorio nos vienen diciendo hace décadas: reivindicando como pionera de las luchas feministas a Juana Julia Guzmán, una mujer afroindígena que actuó en la ciudad de Montería en la década de los 20. Una mujer que, sin ser lavandera ni empleada doméstica, luchó por los derechos de lavanderas y empleadas domésticas; que, sin estar sujeta a la matrícula ?una suerte de esclavitud por deudas? luchó por el fin de la matrícula y que, sin ser campesina, luchó por el derecho de los campesinos a la tierra.