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El verano no siempre estuvo representado por insulsas fotos de pies en la playa o de tapitas y cervezas. Hubo (y habrá) quienes llegaron a los meses de calima para decir “Hasta aquí hemos llegado”. Alzarse -o sujetarse- en la algarabía colectiva, más propia de una foto de grupo de familia extensa o escogida. Bienvenido el verano cuando nos agita la sed más básica.
Y con libros, no podía ser de otro modo.SAL A LA CALLE...
Para aquellas que penséis en junio como el mes de los exámenes finales, en que acaba el curso y hay que tener plan para los críos…; o ese mes en que aún no huele a vacaciones, pero se vive un relajado periodo de vida social...: quisiéramos recordaros algunos apuntillos de la historia. En junio de 1844, por ejemplo, los tejedores de Silesia montaron una insurrección de las buenas, y también en junio, 1913, las sufragistas prendieron fuego a las tribunas del hipódromo de Hurts. Exactamente el mismo periodo en que, en 1942, la prensa arremetía contra los jóvenes Zazous que, de la mano del swing y el jazz afroamericano, combatían el fascismo de la Francia ocupada. De junio del 76 es, además, la revuelta del Soweto.
LEVANTA LA PIEDRA...
Julio es diferente. Ya huele a inminencia del fin del mundo: por fin se puede posponer parte de nuestras obligaciones o anhelar, esperanzados, al mes siguiente. Hace tanto calor...
Pues he aquí una ristra de independencias (así, a bulto) que tuvieron muy ocupadas a las gentes de Libia, Perú, Bahamas, Argentina, EE.UU., Burundi, Ruanda, Venezuela, las Islas Salomón y Sudán del Sur, y sucedieron en julio.
En julio se tomó la Bastilla (1789), se prendió fuego a la fábrica de Bonaplata y a algún que otro convento (1838); del 20-30 de julio tuvo lugar la "Semana Trágica" de Barcelona (1909), en julio comenzó también la Revolución Sandinista (1979).
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PRENDE LA MECHA...
En agosto sí que se para todo… ¿O no? Se para poco, o nada, para quienes trabajan en servicios, con su temporalidad y precariedad; o para el ejército invisible de cuidadores y cuidadoras en las familias, tampoco para aquellos que no cuentan con la posibilidad del descanso. Pero funciona el cuento de que en agosto “paramos” y la ficción de que se detiene toda producción. Las revueltas, en cambio, siempre han sido.
En agosto de 1873, una tal Louise Michel fue deportada a Nueva Caledonia, donde conoció a los Kanakas, en cuya revuelta participa años después. En agosto se independizaron Bolivia, Ucrania y Uruguay y fue en agosto de 1913 cuando una huelga iniciada por los conductores de tranvía desembocó en la Gran Huelga de Dublín o el llamado Cierre Patronal. En agosto de 1920 las fuerzas armadas ocuparon las instalaciones de la Alfa Romeo en Milán, en respuesta a la huelga de sus trabajadores, y esa misma tarde ¡trescientas! fábricas quedaban ya en manos de los obreros. Hubo quienes se aventuraron a sacar el primer número de su semanario en agosto, a saber, "Regeneración": el principal instrumento político y social del denominado "magonismo". Un 21 de agosto de 1945, a las 06:00 a.m. según las crónicas, ya se habían desayunado y puesto en pie más de 300.000 personas que, congregadas en el Boulevar Norodom de Saigón, exigían la independencia de Vietnam. El 9 de agosto de 1956, miles de mujeres se dirigieron hacia Pretoria en la Gran Marcha de las Mujeres.
¿Leer o revolvernos?... «Hasta aquí hemos llegado» o «Esto no se acaba aquí». Dos versiones, una invitación y una apuesta, un adiós con regreso. Ni los libros viven en el vacío ni las revueltas surgen en la nada.
¡Leed, malditos!
¡Y escribidnos!
¿Conocéis más agitaciones, huelgas, revoluciones que tuvieron lugar en verano? ¡Es tiempo de postales!
Volvemos a convocaros para que nos enviéis esa postal creativa u hortera. En ella nos tenéis que compartir una efeméride colectiva, acaecida durante la temporada de verano: valen alzamientos, insurrecciones, revoluciones, acciones, ataques, huelgas, okupaciones, encuentros fortuitos en mayor o menor grado que hiciesen saltar todo por los aires; todo lo que apunte a acciones grupales (no nos valen, pues, fechas de nacimientos y muertes de personajes y heroínas, por muy relevantes que hayan sido para los cambios acaecidos).
A la atención simpática y siempre revoltosa de las libreras:
Librería Traficantes de Sueños
c/ Duque de Alba 13
28012 Madrid