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Por largo tiempo, en la ciencia política, la búsqueda de una conceptualización compartida de democracia se ha orientado hacia criterios procedimentales mínimos, que consideraban principalmente la existencia de comicios libres, competitivos y periódicos, como indicador suficiente de su presencia. La elección de una definición minimalista de democracia ha sido a veces justificada por la facilidad de su operacionalización empírica. Las definiciones normativas -que consideran la capacidad de las democracias para promover un gobierno "por el pueblo", realizando sus deseos y preferencias- son, en cambio, consideradas de difícil aplicación en la investigación empírica. Más recientemente, se ha observado, sin embargo, que, en todo caso, una definición procedimental minimalista no es, en realidad, la única empíricamente verificable.
Hay que agregar que las definiciones de democracia siempre son cambiantes, atadas a problemas específicos (teóricos y empíricos, científicos y reales) que emergen y se transforman en diferentes períodos históricos. El objetivo de este libro no es solamente la reconstrucción de las distintas ideas de democracia, sino también el análisis del modo en que éstas se han transformado en demandas y propuestas que, en efecto, han penetrado hasta transformar las democracias reales y, por lo tanto, el Estado democrático.