Malos tiempos para ser joven. Amenazan el desempleo y la pobreza, políticos corruptos o traidores a su ideología, y clérigos conservadores empeñados en negar derechos y libertades conquistados con mucho esfuerzo. Los profesores no consiguen incentivar a los jóvenes porque están quemados. La situación es tan alarmante que bien justifica un llamamiento a la desobediencia académica. Cuando las normas son injustas, la conciencia manda obedecerlas lo menos posible. En este libro, tras exponer los motivos con un estilo claro y mordaz, se ofrecen consejos prácticos al respecto. Tal vez con ellos no cambiemos el mundo, pero por lo menos disminuiremos el sufrimiento que nos causa tanto malestar docente y social. Fernando Gil Villa, profesor de sociología en la Universidad de Salamanca desde 1991.