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La constante amenaza de destrucción de la vida humana y de la naturaleza que se ciernen sobre el planeta, no son el resultado de una aplicación errónea de los aparatos técnicos, sino fenómenos inherentes al propio sistema industrial y tecnológico y a la racionalidad instrumental que lo fundamenta.
A partir de la problemática distinción entre capital y tecnología, y tomando prestado del historiador Lewis Mumford el concepto de megamáquina, Watson revela de qué modo, y más allá de una supuesta e insostenible neutralidad de la tecnología, ésta configura nuestras maneras de vivir. El dominio científico y tecnológico, además de los efectos de deshumanización que genera al socavar la libertad e independencia humanas, supone una seria amenaza para la vida en el planeta.
Contra este dominio y a favor de una transformación radical de la sociedad, Watson nos propone la apertura de vías críticas de deconstrucción del sistema industrial y tecnológico, así como la exploración de formas de vida comunitarias. Una propuesta que se hilvana a partir del escepticismo tecnológico, el luddismo epistemológico y, en definitiva, de una síntesis moderno-primitiva capaz de aprender de otras culturas y desarrollar una nueva sensibilidad verde.